Hacer una boda implica seleccionar a las personas más cercanas y queridas por ti y por tu pareja para invitarlas al enlace. Sin embargo, como todos sabemos, siempre existen ciertas personas que no queremos invitar.
Como norma, las personas que no queremos invitar pero acabamos invitando son familiares, en ocasiones lejanos y en ocasiones cercanos. ¿Qué es lo que hace que a pesar de todo los invitemos? El simple hecho de quedar bien.
Sin embargo, en ese día tan feliz, también deberíais pensar en vosotros y contar solo con quienes de verdad queréis contar. Hoy vamos a tratar este tema y vamos a abordar cómo solucionarlo.
No invitar a familiares a una boda
Existen ciertos familiares que por factores del pasado, por malas relaciones o por desplantes no son personas con las que nos llevemos especialmente bien.
Sin embargo, el hecho de ser corteses hace que en ocasiones sigamos relacionándonos con ellos, porque consideramos que debe ser así.
Es importantísimo tener en cuenta que igual que se trata el tema de la violencia indirecta en las relaciones de pareja o de amistades, la toxicidad también existe en el seno de la familia.
Como consecuencia, sí es lícito no invitar a algunas personas de nuestra familia a la boda si consideramos que no deben ser partícipes de ese momento.
Aludid al presupuesto
Una vez se haya decidido no invitar a personas que deberían estar presentes, llega el momento de pensar cómo justificarlo si fuese necesario.
Una de las excusas más socorridas para explicar que no se haya invitado a alguien a la boda es haciendo referencia al presupuesto, porque es ajustado y no se puede invitar a muchas personas, porque en el vestido y arreglos florales se ha gastado mucho, junto con fotografía, etc.
¿Cómo quedar bien al no invitar a la familia a una boda?
Otra manera de quedar bien al no invitar a un familiar o conocido es diciendo que se va a celebrar una boda en la más estricta intimidad. Así, para solucionarlo, se le puede decir que está invitado o invitada a un cóctel o a tomar unas cervezas en otro momento.
Se trata de una manera de explicar la situación y obligar de forma indirecta a que la otra persona diga que “sí” a esa invitación.
Licenciada en Filología y con diferentes cursos de estética, protocolo y moda. Llevo siendo una apasionada del mundo de las bodas y todo lo que las rodea desde siempre, aunque en concreto lo que más me gusta es estar al tanto de las tendencias y de la última actualidad de la belleza aplicada al mundo nupcial. El contacto con diferentes personas especializadas en el mundo nupcial ha hecho que a día de hoy siempre pueda estar informada de las novedades.