Hay parejas de novios que buscan hacer una boda original introduciendo elementos distintos que marquen una diferencia respecto a las bodas tradicionales. La ceremonia de la arena es uno de estos elementos que muchos novios incluyen entre las celebraciones de su boda. Hoy quiero hablarte de un ritual sencillo, precioso y lleno de simbolismo que va a encantar a todo el mundo.
Además, lo bueno que tiene la ceremonia de la arena es que se puede aplicar a cualquier tipo de boda, ya sea civil o religiosa, porque la podéis llevar a cabo en cualquier momento en el que los invitados estén reunidos en un mismo lugar. Se trata de un ritual cargado de emoción que se contagiará a todos los asistentes y creará una atmósfera mágica por unos momentos.
El origen de la ceremonia de arena
La verdad es que no se conoce a ciencia cierta cuál es el origen de este ritual aunque se le atribuyen dos posibles cunas. Voy a contarte cuáles son estas dos teorías y tú podrás decidir cuál es la que más te encaja con la ceremonia que se realiza hoy día en las bodas.
La primera teoría apunta hacia un origen hebreo, en concreto en una ceremonia conocida como “pacto de sal” que se remonta a los tiempos del profeta bíblico Abraham y se utilizaba para sellar cualquier tipo de pacto o contrato. Consistía en que, cuando dos personas querían hacer un acuerdo de cualquier tipo, se reunían llevando cada una un pequeño saco de sal que después mezclaban en el suelo. De esta forma, igual que la sal ya no se podía separar, el pacto hecho se hacía indisoluble. Hoy día y dentro de la cultura judía la sal ha acabado por simbolizar la unión entre mujer y marido, los ritos de reconciliación o incluso los lazos creados entre padres e hijos en casos de adopción.
La segunda teoría nos habla de las bodas hawaianas celebradas en la playa. Tanto el novio como la novia traían consigo puñados de arena de la zona en la que vivían y los mezclaban para simbolizar el amor sellado entre ambos a través de la ceremonia. Como comentaba acerca de la sal en el rito judío, al igual que esas arenas ya no se podían separar, los novios tampoco podrían hacerlo.
¿Cuál de las dos teorías es la más acertada? La verdad es que resulta complicado saber de dónde viene realmente nuestra actual ceremonia de la arena pero lo más importante es el simbolismo que tiene para los novios. De hecho, una de las principales ventajas que tiene el ritual de las arenas es que no está vinculado a ninguna religión ni a ninguna creencia en concreto por lo que es cómoda para todo el mundo.
¿Qué necesitas?
Bien, ahora vamos a entrar en materia ya que aunque la ceremonia es sencilla, requiere de una serie de objetos básicos para que podáis llevarla a cabo ante los invitados a vuestra boda. Como siempre, podéis limitaros a lo básico o si lo preferís, incorporar otro tipo de elementos más vistosos. Mi recomendación, no obstante, es no perder ese aire sencillo y delicado que es precisamente lo que caracteriza al ritual de las arenas.
Botes de cristal
Necesitas tres botes de cristal: uno para cada uno de los novios y un tercero que será en el que mezclaréis las dos arenas. Podéis escoger botes de cualquier forma y tamaño siempre que sean de cristal transparente o si no, la ceremonia de las arenas perderá todo el sentido. El tercer bote, en el que ambos dejaréis caer las arenas, debe ser más grande para permitir que los dos podáis volcar la arena dentro al mismo tiempo.
Arenas de distintos colores
Os recomiendo adquirir arenas de diferentes colores y que contrasten mucho entre ellos para que el resultado al mezclarlas sea mucho más vistoso y decorativo. La arena que mejor resultado da es la de cuarzo cristalino. Por supuesto, podéis usar arena de playa si eso tiene un simbolismo especial para vosotros, por ejemplo en el caso de que ambos tengáis orígenes en lugares de costa y queráis vincular ambos lugares.
Cómo es la ceremonia
Ahora voy a contarte cómo se lleva a cabo la ceremonia de las arenas para que vayas decidiendo cómo vas a hacerla el día de tu boda. Respecto al momento de efectuarla, la mayor parte de las parejas lo hacen una vez que se ha hecho el intercambio de los anillos y la lectura de los votos como forma de sellar el compromiso que acaban de jurar. Podéis instalar una mesa en la zona del cóctel para hacer la ceremonia de las arenas justo antes.
Es importante que haya un oficiante, una persona que se encargará simplemente de decir unas palabras acerca de vosotros para introducir la ceremonia. Podéis darle un discurso ya escrito pero, en mi opinión, lo ideal es que escojáis a alguien que sea especial para vosotros y que os sorprenda con un breve discurso que logre emocionaros y divertiros. Los novios también merecen alguna sorpresa, ¿verdad?
Una vez que el oficiante ha terminado su discurso, es el momento de que los novios dejéis caer vuestras respectivas arenas en el bote de cristal vacío. Los granos de arena se irán mezclando de la misma forma en que vuestras vidas se mezclarán para siempre.
Si tenéis hijos, ya sean en común o de anteriores relaciones, podéis invitarles a añadir sus propias arenas para que el compromiso incluya al toda la familia más allá de la pareja, aunque eso es decisión vuestra.
En algunas bodas, los novios hacen que los invitados aporten también un poco de arena para simbolizar que siempre estarán junto a la pareja compartiendo su felicidad. Todas estas opciones, como digo, son algo que vosotros tendréis que hablar y decidir.
Tras la ceremonia, la botella con las arenas mezcladas se conserva como un recordatorio. Algunas parejas ponen cera para que la arena no se mueva y quede protegida y otras ponen flores dentro como símbolo de prosperidad. Los frascos vacíos también se pueden conservar, incluso algunos novios dejan en el fondo un poco de su propia arena para simbolizar que siempre guardarán un poco de su autonomía e independencia en la relación. Además, en algunas bodas se regala a los invitados pequeñas botellitas de cristal con un poco de esa arena a modo de recuerdo.
A pesar de su sencillez, la ceremonia de las arenas puede llegar a ser muy emotiva en especial si el oficiante se esfuerza en hacer un discurso especial y personal que toque la fibra sensible de los novios. Ya verás como es uno de los momentos que con más cariño van a recordar los invitados.
Wedding planner apasionada ❤️️